Pudiste haber dicho que no valía nada o que nunca te importe, pudiste decir que desde el momento en el que cruzamos miradas no sentiste nada como siempre debió ser.
Pero te callaste dadas las circunstancias, me engañaste, me mentiste y lo peor me hiciste amarte.
Pudiste decir que todo esto era un juego o un maldito pasatiempo, pero no lo hiciste, te acobardaste, te reíste de mí a mis espaldas, me encajaste un cuchillo que ni yo misma podía sacar.